Será todo el recuerdo
un hecho aislado,
una remebranza
extraña,
fatalista,
imaginaria,…
pero hubo un día
y fue un día cálido,
qué pena,
un día húmedo de brisa
y de lamentos,
de visiones lejanas
y ojos ajenos.
Un día
en que me rajaste
la piel
y me operaste,
tan moderno,
así, sin anestesia,
“No hace falta,
¿para qué?,
se llama laparoscopia”,
-insistías
tanto,
…
y cogiste el bisturí
y abriste carne,
así, sencillamente,
como si no fuera nadie,
como si no fueran células
mis mariposas,
como si no fueran pétalos,
como si no hubiera llevado
flores dentro,
como si no tuviera soles
en mis senos.
Y me oíste desangrarme,
¡no lo niegues!
resbalaste,
caías
en las vísceras
mancilladas,
violentadas,
Odilon Redon
qué poco te importó,
¿verdad, mi bien?
cirujano del demonio,
ignorante Lucífer,
Zdzislaw Beksinski
Fuisté tú
el artífice del mal
y aquel día,
sin saberlo,
tú también
moriste un poco.
Y ahora ¿de qué te vas
a alimentar
si ya no existo?
...